(Vídeo) José Vicente Hoy José Vicente Rangel 06.04.2014 (1/7)

* Pese a que el ambiente político se ha caldeado mas durante los últimos días y que la crispación adquirió fuertes tonalidades, uno no puede renunciar a la búsqueda del dialogo. En medio de las guarimbas terroristas y de lo que se puede apreciar como expresión primitiva de parte de sectores ultras de la polarización, empeñados en tensar cada vez más la cuerda, no hay que desmayar. El pesimismo es el mayor adversario de la paz, y renunciar a conciliar puntos de vista y a tender puentes, es el mejor servicio que se le puede prestar a los enemigos del dialogo.

* Lo sucedido en los dos últimos meses en el país –febrero y marzo– es extremadamente grave. Se intentó desconocer un resultado electoral impecable y plantear, abiertamente, la ruptura del orden constitucional. Se recurrió a un tipo de violencia que no conocían los venezolanos, y ha habido muertos y heridos, así como destrucción de bienes del estado y de particulares en una proporción hasta ahora desconocida en el país. Todo lo cual contribuyo a encender más los odios, a profundizar la división entre venezolanos y a que muchos consideren que no hay salidas. Que lo único que está planteado es avanzar por un territorio sembrado de cadáveres y de destrucción material para que una de las partes se imponga definitivamente.

* Sin embargo, quiero manifestar que me inscribo entre los que no pierden la fe en las opciones civilizadas. Solidarizo, por ejemplo, con aquellos que optaron por soluciones que en otras naciones y momentos históricos extremadamente difíciles – más que el nuestro -, parecía imposible lograr acuerdos, y, sin embargo, perseveraron hasta alcanzar el éxito de la paz.

* El dialogo para conseguir la paz es posible, siempre y cuando haya perseverancia. La flexibilización de las posiciones es producto del tiempo. El transcurso de éste es lo que racionaliza la actitud de los interlocutores. Por eso es lamentable que la oposición, sin la cual no puede existir dialogo, no atienda a los llamados del jefe del estado. Todos los rechaza –incluyendo el unasur– con argumentos deleznables cuando el país entero espera otra actitud. El llamado del Presidente Maduro constituye un reconocimiento a ese sector, que es lo que cuenta en las actuales circunstancias. Lo demás es materia a considerar en torno a una mesa donde cada quien pueda expresar sus puntos de vista y hacer sus reclamos. No hay otra instancia.