La ayuda a los desplazados por los deslizamientos de tierra en Afganistán llega a cuenta gotas.
Unas mil familias se han quedado a la intemperie en la provincia de Badakhshan en la frontera con
China y Pakistán tras la lluvias torrenciales del pasado vienes. Los corrimientos de tierras sepultaron el pueblo de Aab Bareek. Murieron más de 2.000 personas.
Mohammad Bay:
“Seis miembros de mi familia aún están bajo el lodo, ahora vivimos en bajo plásticos, no tenemos ni tiendas de campaña, ni ropa ni comida.”
Muchas víctimas permanecerán sepultadas, el gobierno afgano dió por finalizadas las tareas de rescate, el sábado, por falta de medios.
Miles de cuerpos sin identificar serán enterrados en fosas comunes.
La primera ayuda de urgencia aportada por la Oficina de las Naciones Unidas Para la Coordinación de Asuntos Humanitarios no es suficiente.
Esta catástrofe tuvo lugar una semana después de las inundaciones que ocasionaron un centenar de muertos en el norte del país destrozado por tres décadas de guerra.
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