El Parlamento burkinés vota este jueves una reforma constitucional que permitirá al actual presidente del país, Blaise Compaoré, mantenerse en el poder otra legislatura. El proyecto de reforma de la carta magna ha sacado a las calles a decenas de miles de burkineses en los últimos días.
“El poder del capitán Blaise Compaoré se presenta como una dictadura militar constitucionalizada. Tendremos que seguir luchando”, dice este líder sindical.
La alerta es máxima en el país. Centenares de policías, apoyados por militares, custodian el Parlamento, ante la amenaza de la oposición de tomar el edificio para evitar la votación.
La Unión Europea ha pedido que se abandone la reforma constitucional en Burkina Faso, un país gobernado desde 1987 por Compaoré, quien llegó al poder mediante un sangriento golpe militar.
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