El Comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) Pierre Krähenbühl ha visitado a algunos de los miles que permanecen en el campo de Yarmuk, en Siria. Entre ellos hay 3.500 niños. Sin agua corriente o electricidad sobreviven gracias a la distribución de alimentos de la agencia internacional. Aunque desde el 28 de marzo no se ha podido realizar ninguna.
“Estamos muy preocupados por los refugiados y civiles que hay dentro de Yarmuk. Estamos decididos a proveer asistencia a aquellos que han dejado el campo para resguardarse en otro lugar y nos tomamos muy en serio las necesidades de Yalda y Babila”, ha declarado Krähenbühl.
Desde el 1 de abril milicias sirias y palestinas mantienen duros combates con los militantes del grupo Estado Islámico. Una mujer cuenta desesperada: “La gente del campo de refugiados de Yarmuk somos civiles, tenemos hijos. No hay servicio médico aquí o medicinas, no tenemos nada, ni comida ni agua. Que les dejen abrir la carretera
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