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Victor Hugo, un gran pintor oculto tras un escritor universal

2017-11-16 9 Dailymotion

Viena (Austria), 16 nov (EFE).- (Imagen: Graciliano Morales) Hablar de Victor Hugo es pensar en "Los Miserables" o en el jorobado Quasimodo de "Notre-Dame de París". Pero aunque él mismo se definía sólo como escritor, también produjo miles de dibujos y cuadros, creando una obra pictórica que influyó luego en el surrealismo y en el arte abstracto.
"Él se veía exclusivamente como escritor. Tenía una relación muy cariñosa con su propia obra pictórica pero pensaba que no era tan buena", explica a Efe Ivan Ristic, comisario de la exposición "Victor Hugo. El oscuro romántico", que puede visitarse en el Museo Leopold de Viena desde mañana y hasta el 15 de enero.
Ristic explica que el miedo a la crítica y una cierta inseguridad sobre su capacidad como pintor le hizo ser muy reticente a publicar sus dibujos, pese a que tenía un "doble talento" como escritor y pintor.
"Pero también era alguien que podía tomar la decisión correcta y decir 'puedo una cosa mejor que la otra, así que elijo una'. Y eso era la literatura", resume Ristic.
De hecho, en una carta de 1855 al pintor Jules Laurens, el propio Hugo habla de "garabatos" al referirse a sus dibujos, de los que se tiene constancia produjo unos 4.000.
Pero aunque no era dado a exponer en público sus obras pictóricas, sí que las compartía, y regalaba, con familiares y amigos.
Su timidez a la hora de exponer sus dibujos tuvo apenas un par de excepciones en las ilustraciones de algunas de sus obras poéticas y en su novela de 1866 "Los trabajadores del mar", que él mismo ilustró.
"De alguna manera soñó con ser su propio ilustrador pero, al final, no se atrevió", analiza el comisario.
En esta exposición, el Museo Leopold ha reunido 63 piezas que descubren a este Hugo pintor y dibujante desconocido incluso por buena parte del mundo de la cultura y el arte.
Como buen romántico, Hugo tiene predilección por los paisajes lúgubres, castillos en ruinas y seres tenebrosos.
Ejemplo de ello son "Fortaleza y castillo de Vianden bajo la luz de la luna", de 1871; "Cabeza de gallo", de 1850, o "Encajes y fantasmas", de 1855.
Los motivos de sus dibujos van desde lo satírico a lo grotesco, desde lo figurativo de algunos dibujos a piezas en las que se roza la abstracción o incluso el surrealismo.
Hay dibujos hechos durante sus viajes por el río Rin o de los largos años de exilio político en las islas del Canal de la Mancha, y en los que usa técnicas distintas y muchas veces muy originales, con materiales poco ortodoxos como poso de café o polvo.
"Es una exposición muy delicada que requiere la concentración del espectador, por el pequeño formato (de los dibujos) que se abren a un cosmos fantástico", resume para Efe Hans-Peter Wipplinger, director del Museo Leopold.
Wipplinger destaca la enorme banda de interpretaciones y asociaciones que permiten los dibujos de Hugo, en esa transición entre aspectos figurativos y abstractos.
"Esas manchas, esos borrones, esas pinceladas, ese pensamiento y esa transmisión libre en un