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Irene Montero y su cartel: robo de imágenes, prótesis desaparecida, vello púbico, dinero público y gordofobia playera

2022-08-01 5 Dailymotion

De aurora boreal. Ridículo y encima con nuestro dinero, porque la broma nos ha costado más de 100.000 euros, que han ido a unos amiguetes de Irene Montero y la 'banda de la tarda', a los que habrá que sumar los que nos saquen las modelos a las que se tangaron y manipularon sus imágenes.
La consorte de Pablo Iglesias, todavía no recuperada de sus vacaciones en falcçon en Nueva York, dio el pistoletazo de salida a la campaña a través de su cuenta de Twitter y de la del ministerio el pasado 27 de junio de 2022.
"Todos los cuerpos son válidos y tenemos derecho a disfrutar de la vida como somos, sin culpa ni vergüenza. ¡El verano es para todos! ¡El verano es nuestro!".
Eso escribía la ministra podemita en su cuenta de Twitter.
Las redes sociales se pusieron a 100. Muchos recriminaron a Montero que se hubiera gastado dinero público en una campaña contra la gordofobia.
Pero eso es lo de menos comparado con lo que le ha tocado afrontar a la ministra desde entonces.
Primero, Nyome Nicholas-Williams, denunció que habían utilizado su imagen sin permiso.
"Es horrible. Deberían haberme pedido usar mi imagen y deberían haberme pagado. El consentimiento es importante y no preguntarme es no darme opción a decidir si quiero que se use mi imagen", escribía la modelo británica a través de su cuenta de Instagram.

Después, Sian Green-Lord hacía lo propio a través de su cuenta de Instagram.
"Un amigo me ha enviado una campaña en la que se usa mi imagen, pero en la que han borado mi pierna ortopédica. No sé ni cómo explicar la rabia que siento ahora mismo. La han cogido sin mi permiso. Esto está mucho peor que mal hecho".

A continuación, la brasileña Raissa Galvao denunciaba que a ella le habían plagiado dos fotos. Una en la que sale de espaldas con los dedos en forma de victoria y otra más en la que aparece sentada.
La última en criticar la campaña ha sido Juliet FitzPatrick, una mujer con una doble mastectomía a la que, para más 'inri', la diseñadora quitó uno de los senos. Ami Barrell fue la encargada de hacerle la foto a esta última y también ha mostrado su queja por utilizar la imagen sin su permiso.
La campaña ha dado que hablar, y no solo porque a sus realizadores no se les ocurrió idea mejor que robar en algún banco de imagen, para sacarle más pasta a su funesto cartel playero.
En realidad lo peor es lo que subyace. Estamos gobernados por histéricos e histéricas del victimismo ideológico, que buscan problemas donde no los hay y pretenden que el Estado meta la zarpa hasta en lo más recóndito de nuestras vidas particulares.
Lo del cartel es una serpiente de verano, no tiene más recorrido. Pero nos recuerda que mientras en los hogares caen chuzos de punta, tenemos un Gobierno sectario, ideologizado y frivolo, dedicado a la «gordofobia», a la lucha contra la corbata climática y a sablear al contribuyente español.